lunes, 4 de junio de 2007

Cotes d'Armor (22)

El dia que salimos de Lannion quizas fue el mejor dia de bici hasta la fecha. Completo! Bonito!

En el albergue de Lannion dormi como un bebe. Me conozco y se que si no duermo lo que necesito, lo pago durante el dia. El desayuno completo. Muy importante tambien.

Dimos una vuelta por el centro de Lannion por la manyana. Me llamaron la atencion los carteles de varios comercios :








Fuimos bordeando la costa. Llegamos a Trebeurden. A partir de aqui empezamos a gozar realmente de la costa de Francia.





Vaya vistas! Las playas, las islas y los islotes entre medio. Visitamos la isla mas grande llamada, "Ile Grande". En la entrada me acorde de la Real. En ese momento estaba en una dificil situacion y el dia que estoy escribiendo estas lineas, esta cerca del imposible pero hay una puerta abierta y habra que intentarlo : Aupa Real!



Hicimos un paseo a pie por la isla. Paramos a una pareja para preguntarles y se pararon amablemente. Al despedirse, la mujer piso en el vacio y se nos cayo 2 metros. Un susto pero no paso nada. De aqui fuimos a Ploumanach, el pueblo del granito rosa. Nos dijeron que eran especialmente bonitos los atardeceres, pero nosotros llegamos de manana, asi que, otra vez sera.
Abajo una foto a la entrada de Ploumanach y otra donde se aprecian las rocas de granito :





Decidimos parar a comer en Perros Guirec. De camino a Perros, seguimiamos disfrutando al pedalear bordeando la costa :



Y comiendo en la playa vimos llegar a un monton de ninos que llegaban llenos de energia. No pararon de reir y de correr mientras estuvimos alli. Ellos se fijan mucho en los mayores, quizas nosotros tambien nos deberiamos fijar en ellos que seguro nos pueden ensenar cosas. Tan basicas, que a veces las olvidamos!



Alrededor las casas eran casi castillos :



Despues de comer y charlar tranquilamente nos dirijimos hacia Paimpol. Un pueblo con un puerto agradable. Alli una paradita para tomar un cafe que tanto se agradece cuando estas pedaleando :



El siguiente pueblo que nos habian aconsejado era Saint Quais Portraix, pero llegamos y parecia un pueblo desierto. En Francia por lo general la gente se retira pronto y quizas llegamos tarde. Atravesamos el centro en bici y fuimos hacia Binic. Aqui, si que encontramos ambiente. Era la fiesta de la merluza y aprovechamos para integrarnos a la fiesta. En una de las carpas tomamos una brocheta de merluza con patatas, cerveza fresca y de postre far breton.






Estuvimos muy a gusto pero mientras cenabamos empezo a llover. Como no! Eran las ocho de la noche y habia que ir a Saint Brieuc. Nos vestimos para la lluvia y fuimos rodando y disfrutando al mismo tiempo hasta llegar al albergue de Saint Brieuc. Cerraban la recepcion a las nueve y no llegamos al albergue hasta las nueve y cuarto. En bici hasta las nueve y cuarto de la noche!! Llegar y la recepcion cerrada. Y ahora? Pero encontramos un sobre... iba dirigido a nosotros... y tenia la llave de la esperanza... La llave de la habitacion! Bravo!

Para acabar el dia unos cereales con leche y un te verde. Estuvimos con una pareja alemana y tan contentos como cansados, a descansar! Vive la France!

Al dia siguiente nos quedamos en el mismo albergue. Nos levantamos con lluvia, viento y frio. Aprovechamos para arreglar la bici de Ramon : cadena, juego de pinones, platos, frenos...
Fue un dia para la conversacion aunque es verdad que la espera en aquel recondito sitio, se nos hizo larga. La cabeza cansada. Necesitaba dormir.

La espera merecio la pena. El dia que salimos de Saint Brieuc, salimos con buen tiempo. Sol, despejado y sin viento. Que mas podiamos pedir? Rumbo a Cap Frehel. El camino por la costa una autentica maravilla. Disfrute total!







Tambien tuvimos tiempo para bromas :



Empezamos a ver el Cabo Frehel al fondo :



Raymon en pleno esfuerzo :



Y a continuacion varias fotos del y desde el Cap Frehel :











En el cabo aprovechamos tambien para comer. Un pincho de queso de cabra, una ensalada de arroz, pepinillo, atun, pimiento y un postre de tarta de fresas.

Al retomar las bicis nos juntamos con Claude, un senor jubilado de los alrededores, de Erquy concretamente. El nos acompano hasta pasado Matignon y nos condujo por carreteras que no salen en los mapas y que no habriamos conocer de no haber ido con el. Segun pedaleabamos los tres nos hablaba de los alrededores tanto temas de actualidad como historicos.

Cap Frehel hace unos anos fue comprado por la region con sus terrenos adyacentes. Ya nada podra ser construido y seguira siendo un precioso paisaje. En esto, los franceses nos llevan ventaja. Aprendamos!
El verde del campo con el color verdoso del agua del mar, las aves,... Uf! Tambien hay pinguinos pero no llegamos a verlos! Domage!

Hay un castillo-fuerte que se ve desde el cabo. Pertenecio a la familia Grimaldi. Luego fue comprado por un profesor de matematicas y ahora su familia lo utiliza como centro de visitas.

Claude nos hablo tambien sobre la diferencia entre la marea alta y la baja. Hasta 10 metros!

Nos conto historias de los espanoles que llegaron en la guerra civil. Muchos trabajaron como eliminadores de minas puestas por los alemanes. Estaba bien pagada pero muchos murieron. Su hermano mayor con solo 10 anos, mientras pescaba con un amigo, tambien murio por una mina.

Nos conto que el nombre del departamento de Calvados en Normandia, viene del barco espanol que encallo. El barco se llamaba "San Salvador". Los 2 hermanos Saez que no se habian visto en 40 anos y gracias a el, que antes trabajaba como fisioterapeuta, se encontraron.

Como despedida nos invito a un trago en un bar al lado del Castillo de Gilles. Se dice que le gustaba mucho la fiesta, era demasiado amigo de los ingleses y fue envenedado a los 24 anos. Ocurrio durante el siglo XV.



La siguiente foto muestra los restos del Castillo de Gilles de Bretagne y la espectacular marea baja :


Nos despedimos de Claude. Raymon y yo seguimos a Dinard. Una ciudad muy chic. Los precios de la vivienda deben estar similares a los de Paris. Tuvimos suerte y pillamos el ultimo barco a Saint Malo, nuestro destino del dia, y ademas... gratis!

Una vivienda en Dinards :



En barco hacia Saint Malo :



En Saint Malo recorrimos la playa y luego visitamos la ciudad enmurallada. Y lo mejor de todo, la puesta de sol que vimos. Ahi van unas fotos :










En el albergue coincidimos con un frances y un americano. El frances estaba para ver las posibilidades que veia en abrir una tienda de tebeos y juegos. El americano estaba aprendiendo frances. El albergue tenia un ambiente agradable pero las habitaciones muy muy justas de espacio.



El 23 de Mayo tambien fue un dia estupendo. Salimos de Bretanya para entrar en Normandia. Uno de esos dias que no se olvidan. De esos dias que uno se imagina cuando decide hacer un viaje en bici. Estuvimos recorriendo la costa con el color verde del agua, el color azul del cielo, cielo totalmente despejado y nosotros pedaleando y visitando.
El camino de la costa hacia Cancale, en una palabra : precioso.
La primera parada la hicimos en la punta de Grouin. Durante el recorrido sacamos algunas fotos :

Nada mas salir de Saint Malo.


Encontramos muchos turistas por donde andamos pero tambien gente local. El senor de la foto estaba trabajando, poso un poco para foto y siguio con la faena.


Momentos para perder la vista.


Playas magnificas en las que la unica pena fue... no haberse dado un bano!


Calas paradisiacas.


Al llegar a la punta de Grouin vimos por primera vez el Monte Saint Michel. A lo lejos, pero lo apreciabamos. Conocimos a una pareja de jubilados gallegos que viajan en carabana. Segun ellos conocian todo Europa. Llevaban viajando 30 anyos. Una pareja agradable, muy culta sobre todo la mujer, aunque hubo algo que no me gusto. Algo en esa forma de hablar. Cosas mias.





Tambien hubo momentos para el arte.


Tambien echamos un vistazo a otra forma de viajar en bici. Parece que debe ser mas comoda... aunque no se yo si demasiada...



Llegamos a Cancale. Un pueblo pequenito con un precioso puerto. Ahi comimos unas ostras criadas en la bahia del Mont Saint Michel. No sabia si las ostras me iban a gustar. Me gustaron. Estaban ricas con un poco de limon pero... habria que comer una centena para quitar el hambre.





El puesto donde compramos las ostras.


Y con una ultima foto, me despido de la Bretanya para dar paso a la Normandia que comienza con la visita al Mont Saint Michel.